Cuando mi papá empezó a olvidarse de mi nombre
¿Estás cuidando a un padre con Alzheimer o pérdida de memoria? Descubrí cómo un plan profesional en casa puede devolverte la tranquilidad y darle a él dignidad, compañía y amor.
El momento que me partió el corazón
Recuerdo perfectamente la primera vez que noté que algo no andaba bien. Estábamos almorzando en su apartamento, como todos los domingos, y me preguntó tres veces seguidas en qué trabajaba. Al principio lo tomé como un despiste… después como una broma. Pero cuando me llamó “hermano” en lugar de “hijo”, supe que algo estaba pasando.
Mi papá siempre fue fuerte, independiente, el primero en levantarse y el último en dormir. El que me enseñó a andar en bici, a tener palabra, a no rendirme nunca. Verlo ahora confundido, repitiendo cosas, dejando la estufa prendida… fue como ver cómo el tiempo se lo iba llevando pedacito a pedacito.
La angustia de no poder estar
Trabajo de lunes a sábado. Tengo una familia, responsabilidades. No puedo estar todo el día con él, pero tampoco puedo dormir tranquilo sabiendo que está solo, que puede caerse, que puede salir a la calle y no saber cómo volver.
Probamos con una vecina que lo “miraba de vez en cuando”. Con una señora que le hacía el aseo. Pero no era suficiente. No era lo que él necesitaba… y mucho menos lo que yo necesitaba como hijo: tranquilidad, confianza, paz.
Más Vida Seniors: Más que un servicio, un alivio
Hasta que encontré a Más Vida Seniors.
Lo primero que me sorprendió fue que no me ofrecieron “una cuidadora por horas”, sino un plan diseñado para él. Le hicieron una evaluación física, cognitiva, emocional. Lo escucharon. Lo miraron a los ojos.
Hoy, mi papá tiene un acompañante que lo estimula, que le recuerda historias, que lo invita a caminar y a ejercitar su memoria.
Cada semana recibo un reporte con fotos, ejercicios, notas.
A veces incluso me mandan audios donde él me saluda, ríe, canta.
Por fin, pude respirar
Yo, por fin, pude respirar.
Dormir.
Ser papá para mis hijos sin dejar de ser hijo para el mío.
Ya no siento culpa.
Siento orgullo.
Porque encontré una forma de estar sin estar, de cuidar a mi papá con amor y dignidad, como él se merece.
Cuidar también es un acto de amor
❤️ Y amar, es asegurarse de que la vida de los que amamos siga siendo vida, hasta el último día.
¿Vos también te sentís así?
👉 Si estás pasando por una situación parecida, hablá con nosotros.
Te entendemos, y podemos ayudarte a cuidar a quienes más amás.
🎯 Conocé nuestros planes personalizados aquí
📞 Agendá una llamada sin costo con nuestro equipo